Solo soy un astronauta más

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enero 23, 2013 por laquehasliado

Yo siempre quise ser astronauta, jamás quise ser un Jonas Brothers, ni un One Direction de mi época. Cierto que estos grupos no existían, pero sí había un Parchís, un Enrique y Ana, que para el caso, es lo mismo, ya que sus audiencias y público era multitudinario. Quizás fuera porque cuando nací terminó la carrera espacial, y mi padre me relataba como habíamos llegado a la luna. Él estaba en su taller trabajando y en la radio, en directo, se transmitía aquel acontecimiento. Películas como 2001 Odisea en el espacio, Flash Gordon, o mi querida Guerra de las Galaxias inundaban mi imaginación. Por aquella época, en el parque de atracciones dos enormes robot animados, eran parte de la decoración de una atracción, y mi imaginación despegaba. Nunca he tenido la menor duda que en la exploración del espacio está nuestro futuro, miles de mundos que explorar, galaxias a las que viajar.

 Pero en estos años en los que he deseado que un nuevo vuelo llegara a la luna, he podido comprobar que todavía no estamos preparados. Para una empresa tan enorme, se necesitan que naciones enteras remen para el mismo lado, que dejen de lado históricas disputas y mirar de frente al horizonte. Ahora me puedo imaginar cómo sería la conquista del espacio tal y como estamos. Sería horrible, astronautas desmotivados dejando escotillas abiertas, mecánicos de vuelo que hacen que trabajan mientras el cohete pierde fuerza, ayudantes de navegación con una beca, pilotos de líneas ferroviarias a mandos de un moderna astronave, capitanes intrépidos que no salen de su despacho. Políticos que quieren la independencia de las fábricas de paracaídas, sindicatos que no trabajan los domingos, y todo esto con la amenaza de un agujero negro nos cierre el paso.

Es la realidad, la nuestra, la que soñó con la puerta de Tannhäuser, o con la casa de Heidi, la que ha de poner remedio. Si a otras generaciones les tocó las guerras mundiales, las revoluciones, las invasiones, los siglos de oro, es nuestra oportunidad de encauzar esta situación que a nadie le agrada. Nadie va a venir de los cielos en una nave majestuosa a ponernos las pilas, ¿para qué? Para que le vendamos un chalet, carnet de paro y vacaciones en un spa? Para eso se quedan en casa. Porque si tuviéramos una espada láser regalo de un cultura interplanetaria, la utilizaríamos para cortar chorizo, o para pegarnos por ella. La humanidad está en pañales, quedan montones de cosas por hacer, miles de pasos por dar. Empecemos por quitarnos el pañal y que de una vez por todas, “la mierda” se vaya por el desagüe. ¡Evolucionemos!